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María Luisa
Partera tradicional



 

María Luisa Mosquera Perea tiene sesenta y tres años, sonríe con timidez, pero su expresión se expande de orgullo al hablar sobre su madre: María Paulina Perea de Mosquera, fue ella quien la enseñó a partear.

 

Su primer parto fue en Medellín, su madre aún no la había enseñado, pero la mujer estaba sola y no tenía más opción que asistir. Aprendió viendo a su madre, así fue que empezó a reconocer qué yerbas usar, cómo hacer el corte del ombligo y cómo meter la cuña. 

 

Sobre su práctica como partera relata:  “Tuve cinco partos sola, de mí misma. Llevo 38 partos, los tengo en la cabeza, todos bebés nacieron con vida. Solo uno nació con un problema en la cabeza, lo llevaron para Quibdó a él y a la muchacha”. 

 

Cuando se presentan dolores o signos de riesgo, indica a las mujeres que concurran al médico.  Ella sabe cómo aplicar baños, vahos con yerbas de monte, semillas, romero y pimienta, así como preparados:

 

También se les hace botellas de jarabe para que desbarate los troncos y limpie todo, yo hago esas botellas de jarabe, el polvo, el jaguatodio, que desde que alumbró una señora todo yo se lo hago. El polvo es para curar el ombligo y curación para la mamá.”

 

Lo que más me gusta es cortar el ombligo, siente que tiene buena mano para hacerlo. Expresa que lo más complicado para partear es aprender a meter la cuña, después de que esto se realiza no hay problema, explica que se trata de un pedacito de trapo que se coloca hacia atrás y hacia adelante, señalando la zona del perineo.

 

Sobre la asociación expresa: “sirve, va para adelante, está bueno porque nos reunimos, nos capacitamos. Tiene uno la esperanza o el ánimo, que se pague, porque muchas veces uno no tiene ni para los pasajes. O la familia de la embarazada no tiene cómo pagarle a uno.” 

 

Frente a la ausencia del sistema de salud, las parteras brindan asistencia y salvan cientos de vidas en sus territorios. Pese al fallo favorable de la corte constitucional ante la acción de tutela presentada conjuntamente por ASOREDIPAR con Ilex y ASOPARUPA, que exige su integración al sistema de salud y reconocimiento económico; aún persiste la lucha en búsqueda de la reparación por el enorme trabajo desarrollado  por las parteras como agentes de salud en sus comunidades.

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