Clotilde Sánchez nació en el campo, en 1941 en Cororó, en el departamento del Chocó. Su piel está surcada por el paso del tiempo, de tanto reír le ha quedado dibujada una sonrisa en su rostro.
Tiene ochenta y un años y de su linaje cuatro mujeres más son parteras, es madre de Aleida, abuela de Yuri y Yelisa, bisabuela de Yazmary- la“parterita” más joven de toda la asociación-. Tuvo dos hijas y dos hijos, a quienes parteó sola. Con cierta timidez pero con mucho orgullo cuenta:
“Parteo hace tiempo, ni cuenta llevo, porque no creí nunca de que eso pudiera llegar a un extremo. Mis partos los partee yo sola. Aprendí de una señora que se llamaba María Belinda Ramírez, hace tiempo que murió, ella me enseñó. Me dijo Cloti, venga parteéla, me explicó la posición y algunas cosas y así fue. Me licencié yo (risas).”
Su historia ejemplifica cómo se transmite el legado de la partería, es siempre a través de otras parteras y mediante la experiencia que van adquiriendo sus saberes. Cuando le pregunto por el valor de la partería tradicional, responde riendo: “Yo no sé leer, no sé de esas cosas”.
En realidad no hay nada que explicar, su vida es testimonio vivo del valor de la partería, las niñas y niños que recibió exitosamente, todas las mujeres a las que cuidó y aconsejó en sus embarazos son ese patrimonio inmenso que habita en sus manos y recuerdos.
Mira hacia arriba como en búsqueda de una respuesta y reflexiona sobre el reconocimiento de las parteras:
“Las personas no tienen recursos entonces uno ¿qué les puede cobrar? Pero es un trabajo valioso.”
Ante los vacíos del sistema de salud ellas responden a las necesidades de sus comunidades, ASOREDIPARCHOCÓ las acompaña brindándoles suministros y capacitaciones. El sueño de sus integrantes es el reconocimiento social y económico del trabajo que realizan día a día con amor, experiencia y compromiso.